Cocina de calidad en la Mar Blava
Amigos de Soplos Viajeros, estamos en Benicarló (Castellón) con este cocinero nacido y criado aquí y formado en múltiples sitios como veréis.
Ilusionado con su nuevo proyecto el restaurante «La Mar Blava by Vericat» y que sin duda aporta calidad y frescura a la cocina de la zona. Os invito a conocerlo…
Carlos, preséntate.
Cocinero de vocación. 33 años.
Resume tu trayectoria profesional
Restaurantes de la zona, sobre todo el de mi padre en Canet lo Roig.
Estudios de cocina en Benicarló y Castellón.
Racó de Can Fabes (Sant Celoni) 6 meses.
L’Escaleta (Cocentaina).
Restaurante Fogón en París un año.
Na Ximena (Ibiza) dos temporadas.
Celler de Can Roca 10 meses.
Finalmente, en Disfrutar (Barcelona) un año y medio.
¿Qué te llevaste a casa de cada sitio?
En Can Fabes uno aprende a espabilar solo, fue mi primera experiencia lejos de casa.
Tengo grandes recuerdos de cada uno de estos restaurantes, de lo mejor sin duda, la familia y la cocina de L’Escaleta, todo un referente para mí.
En París aprendí ritmos de trabajo y pasión por la cocina de la mano de Alberto Herraiz, en Celler de Can Roca a tratar el producto, combinación de sabores, procesos creativos…
En Disfrutar organización, excelencia en técnicas de trabajo y producto, otra visión totalmente diferente de la cocina.
Seguimos con tu trayectoria
Abrí mi propio restaurante «Vericat» en Peñíscola, allí estuve un año y medio.
Explica tu nuevo proyecto: nombre, ubicación, enfoque…
Junto a Eva Miralles y su marido, «La Mar Blava by Vericat» nace de la unión de dos proyectos (Mar Blava y Vericat) que encajaban perfectamente. Se encuentra delante del mar, en la playa de la “Mar Chica” de Benicarló. Cocina mediterránea en un entorno inmejorable, técnicamente a la orden del día sin olvidar de dónde venimos, pero sobre todo con mucho sabor.
¿Chef o cocinero?
Cocinero sin duda.
¿Cómo manejas el estrés en la cocina?
Me relaja producir cuando estoy solo en la cocina o ponerme a ordenar lo que sea, es mi forma de evadirme y bajar el nivel de estrés.
¿Cómo creas un plato?
Creo que de momento no he creado nada, simplemente adapto conceptos y recetas trayéndolos a mi terreno, elaborar y probar recetas nuevas es la mejor manera de abrir tu mente.
¿Cuándo y en qué parte de tu oficio entra la creatividad?
En cualquier momento del día, siempre a punto cualquier chorrada que me viene a la cabeza para después intentar ponerla en práctica. De momento no disponemos de un espacio de tiempo dedicado a este fin, aunque soy consciente de que la «creatividad» si no se entrena no avanza.
¿Un cocinero es un artesano o un artista?
Simplemente cocinero.
¿Recuerdas el primer plato que cocinaste?
Tortilla francesa.
¿Qué es más difícil de cocinar para ti: carne, pescado, postre?
Sea lo que sea, hay que intentar hacerlo lo mejor posible, de ello depende la satisfacción de nuestros clientes.
La mejor y peor crítica que has recibido de un plato.
Tanto para bien como para mal, intento que no me afecten mucho.
Principal virtud como cocinero
Ante todo, seriedad, pero siempre muy buen rollo.
Principal defecto.
Querer llegar a todo, no saber delegar.
Lo más importante en un plato.
Que el resultado sea bueno, que lo que saques esté bien… no poner cosas por poner, todo debe tener un sentido.
Define tú cocina.
Puramente mediterránea y con los pies en el suelo, me gusta mucho enlazar el mar y la montaña. Por ejemplo, arroz de pies de cerdo con espardeñas.
¿A quién admiras en tú trabajo?
A Eduard Xatruch, Oriol Castro y Mateu Casañas. Chefs de Disfrutar.
¿Algo que añadir Carlos?
Gracias.
Si queréis disfrutar de una muy buena cocina con platos originales, creativos, sorprendentes, deliciosos y todo ello literalmente delante del mar mediterráneo tenéis que probar la cocina de Carlos en “La mar blava”.
Gracias amigos de Soplos Viajeros, en pocas semanas conoceremos el Parador de la Granja (Segovia) de la mano y las palabras de su director Alberto Zerbini. ¡Os espero en ese próximo viaje!