Beatriz Jiménez Marconi: una soprano con duende

La soprano Beatriz Jiménez Marconi participará en nuestra próxima cena

La hemos entrevistado para que empecéis a conocer a esta hispano italiana joven, cantante de ópera, abogada, que seduce y consigue transmitir sensaciones muy positivas.

Beatriz, explícanos tus comienzos y cómo fue tu llegada al mundo del canto.

Estudié derecho y música a la vez. Inicialmente instrumental, más tarde canto.

He tenido el placer de formarme con Matilda Pinkas, soprano búlgara y para mi una maestra fundamental.

Al estudiar en mundos tan distintos como el canto y el derecho llegué  a actuar como solista profesional tarde, a los 30 años, tras ganar un concurso de ópera en Sabadell (Barcelona).

¿Qué es una soprano?

Es la voz más aguda en una cantante de ópera. A grandes rasgos hay tres tipos: ligera, lírico-ligera y dramática.

¿Cómo cuidas tu voz?

Es fundamental dormir bien, descansar. No fumo y evito el alcohol.

¿Cuáles son los compositores más importantes en tu carrera?

Italianos (soy mediterránea):  Verdi, Puccini.

¿Y las personas?

Matilde Pinkas y Jaume Aragall.

¿Qué sientes cuando cantas?

Soy feliz cuando lo hago y me crea adicción.

¿Cantas zarzuela?

Sí y me encanta, en realidad es ópera compuesta por compositores españoles y catalanes. En absoluto es un género menor.

¿Cómo ha evolucionado tu voz?

Ha madurado, ha cogido cuerpo.

¿En España se apuesta por las voces españolas?

Mucho menos de lo que se debería hacer.

Cuáles son tus actuaciones más emotivas?

«Elissir d’amore» de Donizetti. Muy divertida.

«Cosi fan tutte» de Mozart. Muy larga, un verdadero reto.

¿Cuál es tu aria preferida?

«Quando m’en vo» de la Boheme. Puccini.

¿Cuáles son actualments tu soprano y tenor fovoritos?

Anna Netrebko y Rolando Villazón.

¿Y tus proyectos?

Voy día a día, haciendo conciertos. Próximamente haré una gira por China junto al tenor a Albert Deprius.

Gracias Beatriz por transmitirnos sensaciones de este mundo de la ópera y por cenar con nosotros, cantar en directo, sin micro y sin escenario, es decir en la cercanía en nuestra próxima cena con duende.