Historias de Chef » Historia y receta
por Martín Aristondo · Restaurante Kukuarri · Donostia
Ya que se acerca la época del año donde es muy tradicional, en esta ocasión he pensado en hablaros de la torrija o como yo las conocía de pequeño, tostadas.
Origen
Es un postre tradicionalmente casero, muy popular, en el que sus orígenes se remontan al siglo XV donde se encuentran las primeras referencias escritas. Muy extendido por buena parte de Europa, dándole en cada región su toque particular.
Producto
Originalmente, podríamos decir que la torrija es una rodaja de pan del día anterior, remojada en leche con azúcar, algún aromatizante (por ejemplo, canela), pasada por huevo y frita.
A partir de ahí se han creado cientos de variantes como personas y gustos hay. He visto utilizar casi de todo, pan de 3 días, pan de molde, bollitos de leche, bollos suizos, azúcar, melaza, miel, limón, canela, vainilla, leche de coco o incluso de almendra y para freírlas, aceite, manteca, mantequilla, etc. Esta receta es un ejemplo de las cosas buenas que tiene la cocina, la variedad.
Tradición
No se sabe muy bien por qué la época del año cuando más se consume va desde Navidad hasta Semana Santa, pasando por Cuaresma y Carnaval donde también se hace la tostada de carnaval que viene a ser una variante de la torrija con ciertas similitudes.
Hace unos años se empezó a poner de moda como postre habitual en los restaurantes. En el mío, es el postre estrella, llegado a tal punto que está presente en multitud de menús, tanto de trabajo como de celebración, así como en la carta, siendo el postre el más vendido. Lo ofrecemos incluso como postre en las bodas, sustituyendo a la tarta nupcial más tradicional.
Ingredientes y preparación
Nosotros hacemos nuestra interpretación de la norma: para empezar, no utilizamos pan, sino un brioche que nos hace el panadero, con su buena cantidad de mantequilla.
Para remojarlo hacemos una mezcla de leche, nata, yemas de huevo, azúcar y vainilla fresca. Lo tenemos 24 horas y después con mucho cuidado las pasamos por la sartén.
Presentación y emplatado
Uno de los puntos fuertes para mí, es el toque final que le damos con azúcar y un soplete, para caramelizarlas justo cuando se piden. Nosotros la servimos acompañada de un helado de café.
Aunque parezca muy contundente, que podría serlo, debido al equilibrio de leche y nata, junto con el brioche que es muy aéreo, hacen de este postre una delicia.
¡Qué postre tan maravilloso!, me recuerda a mi infancia, a hogar, a Navidad, que es cuando las hacia mi abuela y ahora en Nochebuena las hace mi madre. En mi cruzada particular, tengo que reconocer que las que hace mi madre, me encantan, no sé si son mejores o es porque las como una vez al año y las del restaurante las tengo ahí siempre.
¿Cuál es la mejor?
La que más os guste…
Un abrazo,
Martín Aristondo para Soplos Viajeros